Francisca Gamero y su exitosa lucha contra las orejas de "soplillo"

Otostick

Si tuviéramos que nombrar uno de los mayores complejos infantiles este sería, sin duda, el de las llamadas “orejas de soplillo”. El estrés que ocasiona a un niño además de los problemas de integración que suelen traer consigo acaban afectando a su desarrollo social y cognitivo. A Francisca Gamero Pérez, una madre extremeña con gran visión e inquietud empresarial, le sucedió con su segunda hija. “Nació con las orejas pegadas, pero al dormir se le fueron doblando y acabaron por separarse de la cabeza significativamente.

Era muy visible, todos conocemos los comentarios y risas de otros niños en etapas escolares y no quise que mi hija pasara por ello”, explica. Francisca pasó meses investigando sobre diferentes sistemas caseros para intentar corregir las orejas de su pequeña hasta que un día lo que parecía una idea sin más dio paso a un proyecto real y viable. Francisca, estando en la consulta del pediatra, se dio cuenta de que se le había olvidado quitarle el esparadrapo de las orejas que le colocaba a su hija todos los días. La pediatra, al verlo, no solo le dijo que no lo quitara sino que le animó a seguir utilizando ese método “tan poco ortodoxo”. Y es que estaba funcionado. “Al ver que la pediatra reaccionaba así me sentí aliviada. Era la única opción posible en bebés y utilizado por otras madres ante la inexistencia de productos adecuados en el mercado”, afirma. Fue en ese momento cuando hizo un “click”, ya que todo apuntaba a un potencial negocio que tenía los requisitos necesarios para funcionar: existía un nicho de mercado y, lo más importante, se trataba de crear un producto alternativo a la cirugía estética que ayudaría a las personas a superar complejos. La antesala del proyecto fue utilizar el artesano método del esparadrapo dándole diferentes formas, tamaños… y diseñando prototipos básicos, para lo que contó con la ayuda de la Universidad de Extremadura y equipos de investigación privados. Tras tres años de pruebas se consiguió crear y patentar el primer prototipo comercial. Un salto que no fue fácil pero Francisca tenía trayectoria empresarial anterior por lo que conocía el terreno, y pudo conseguir ayudas de la Administración Pública y otras entidades, aunque reconoce que “no cubrían ni la parte económica ni profesional que requería un proyecto empresarial”. Como en todo camino hacia el emprendimiento hay etapas complicadas pero Francisca no se dio por vencida: “No fue fácil, pero como suelo decir la ignorancia o falta de experiencia son muy atrevidas. Las primeras fases de un proyecto se caracterizan por la ilusión, motivación y el entusiasmo y esto facilita compensar las dificultades implicando un gran esfuerzo y la satisfacción por la superación”. Y así nace Otostick, un corrector estético para orejas despegadas único en el mundo, una prótesis de silicona transparente y prácticamente invisible, que se coloca en la parte superior de la oreja fijándose a la cabeza a través de adhesivos hipoalergénicos; está indicado a partir de los 3 años y es apto para un uso continuado. “Es muy cómodo, sin efectos secundarios. Una vez colocado se hace vida normal, sustituyéndose cuando se empiezan a despegar, con una duración media de uso de 7 días”. Y funciona: “A mi hija se le corrigió la separación de las orejas y hoy tiene una separación adecuada y normal”. Lejos de conformarse, en 2013 lanza Otostick Bebé, una línea para corregir las orejas desde edades tempranas; acompañado de un estudio para determinar la eficacia correctora de esta prótesis de silicona, colaborando con el Clúster de la Salud de Extremadura, la Sociedad Extremeña de Pediatría de Atención Primaria y diecinueve pediatras de la Red de Pediatría de Atención Primaria de Extremadura. Los resultados serán publicados próximamente en revistas del sector científico.

Según declara Francisca Gamero: “Las primeras fases de un proyecto se caracterizan por la ilusión, la motivación y el entusiasmo y esto facilita compensar las dificultades implicando un gran esfuerzo y la satisfacción por la superación”.

Hoy en día Otostick, comercializado por Innovaciones Disras S.L (empresa de la que es propietaria Francisca), es un negocio estable con un alto volumen de negocio y posibilidades de expansión: en 2015 se vendieron 890.000 prótesis y el porcentaje de crecimiento de los dos últimos ejercicios fiscales ha sido del 120,59%, unas cifras espectaculares. “Al ser un producto novedoso, en los primeros años tuvimos que concienciar a los potenciales clientes que utilizar un corrector para orejas podía ser tan sencillo como usar otro tipo de producto estético, como lentillas. Y funcionó”. Esa sensibilidad y compromiso hacia ella y los demás es lo que ha conseguido que su empresa sea todo un éxito. Gracias a su sencillo pero eficaz invento, Francisca ha recibido numerosos galardones ysu empresa se encuentra entre las 41 startups españolas con mayor potencial de crecimiento. Esta mujer fuerte, comprometida y con un instinto maternal a prueba de obstáculos reconoce que la vía del emprendimiento ha sido la mejor decisión que ha tomado. “Aunque se debe tener muy claro que es un modelo de vida en el que se sacrifican muchas áreas y experiencias, los horarios son ilimitados, bajo una presión y formación continua, exponiendo recursos propios y a veces incluso familiares. Hay que medir los riesgos”. Francisca los midió, y muy bien, por eso en la actualidad Innovaciones Disras es toda una multinacional de gran proyección que sigue mejorando la vida de las personas. Una fórmula perfecta.