¿Qué es un trasplante fecal?

Hoy leyendo las noticias, leo sobre un tipo de trasplante un tanto curioso y desagradable. Se trata del trasplante fecal. Pocas veces habrás escuchado hablar sobre esto y  parece una práctica un tanto repugnante con solo pensar en la idea de donar heces; aunque es una pauta para el  tratamiento de la infección por Clostridium difficile, entre otras.

Cuando hablamos de trasplante fecal, nos estamos refiriendo a la administración de materia fecal de un donante sano (debidamente tratada y procesada) en el tracto gastrointestinal de un paciente con una patología intestinal, con el fin terapéutico de restablecer el equlibrio ecológico del intestino (microbiota intestinal) del paciente receptor.

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La  microbiota intestinal es el conjunto de bacterias, virus, hongos y otros patógenos que viven en nuestro aparato digestivo, en una relación de simbiosis tanto de tipo comensal como de mutualismo. El papel de la microbiota intestinal en la fisiología del ser humano es impresionante. Los estudios advierten sobre la enorme importancia que tiene y su posible influencia en múltiples patologías (tanto inmunológicas como inflamatorias).

La principal indicación del trasplante fecal es la infección por Clostridium difficile (ya en la antigüedad se utilizaba para este fin y ahora en la actualidad está resurgiendo por su eficacia), y se está comenzando a utilizar en otras patologías como Colitis ulcerosa y Enfermedad de Crohn con resultados esperanzadores.

Para llevar a cabo un trasplante de microbiota fecal, es necesario que el donante cumpla una serie de requisitos y se realice un estudio de sangre y heces, con el objetivo de evitar la trasmisión de enfermedades infecciosas. El donante puede ser desde familiares de sangre, individuos de contacto íntimo (pareja) o donantes no específicos.

Las vías utilizadas principalmente para la infusión de la muestra procesada del donante, son:

    -  Vía digestiva alta. A través de cápsulas preparadas específicamente para ingerirlas por vía oral o por sonda nasogástrica, nasoduodenal o nasoyuyenal. Esta ruta tiene una gran eficacia, pero presenta un potencial de rechazo por parte del paciente, al ver que está ingiriendo materia fecal procesada.

  - Vía digestiva baja. A través de enemas y colonoscopias. La colonoscopia ofrece una mejor visualización de la mucosa y mayor administración de la suspensión a lo largo del intestino, pero  es una técnica de mayor coste, incomoda y con más efectos adversos; mientras que la administración de enemas tiene mayor facilidad, segura e implica menor coste.

Aunque a día de hoy ninguna vía de administración está clara, ya que no existe una vía con superioridad clara o de mayor seguridad.

Es un tema un tanto controvertido ya que está aportando grandes evidencias en el campo de la microbiota intestinal, pero las entidades sanitarias advierten sobre la circulación en internet de videos de trasplantes fecales caseros, sin supervisión médica y que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Por último, realizaremos las 2ª jornadas del Finde “Microbiota Intestinal y Nutrición”, un tema muy interesante y relacionado con este post; en las que los profesionales sanitarios obtendrán una formación e información actualizada del tema, que tanta repercusión tiene en estos últimos años. Y si eres uno de los afectados por este tipo de enfermedades recuerda que, ¡las heces pueden salvarte!