Bajo el lema: “Protegidos colectivamente, las vacunas funcionan”, se celebra del 23 al 29 de Abril, la Semana Mundial de la Inmunización y que tiene como objetivo señalar las acciones colectivas necesarias para garantizar que todo el mundo esté protegido frente a las enfermedades prevenibles mediante vacunación.
La introducción de las vacunas de forma universal en la población, ha sido de gran éxito para la sociedad pues ha permitido el control y eliminación de varias enfermedades, y hasta la erradicación de ellas, como es el caso de la viruela.
La vacunación es una de las medidas sanitarias de mayor éxito y rentabilidad, y que salva millones de vidas. Por ello, es tan importante que la población mundial esté correctamente vacunada, ya que cuando se opta por ella, posibilita la protección de las personas que no pueden recibirla. Cuando nos vacunamos no solo recibimos protección individual, sino que impedimos la transmisión de las enfermedades infecciosas a aquellas personas no vacunadas al no existir suficientes personas susceptibles. Es lo que se conoce como inmunidad de grupo.
Sin embargo, alrededor de 19 millones de niños en el mundo no están vacunados o vacunados de forma incompleta, lo que conlleva un riesgo de contraer enfermedades potencialmente mortales, y que podía solucionarse si estuvieran correctamente vacunados.
En Europa se ha registrado un aumento del 400% de casos de sarampión en este último año, concrtamente se registraron un total de 152 casos en nuestro país, que la OMS los calificó junto con los del resto de Europa como un “gran brote”. El problema que esto conlleva es que cada persona nueva afectada tanto por sarampión como otra enfermedad infecciosa, puede trasmitirla a aquellas personas que no están vacunadas y crear epidemias mortales.
Los beneficios de las vacunas son innegables aunque a veces el desconocimiento y la existencia de información errónea pueden causar dudas en la población. El gran auge que está teniendo el movimiento anti-vacuna, está provocando el resurgimiento de enfermedades prevenibles que teníamos con escasa o nula incidencia, y poniendo en riesgo la salud pública.
Una buena educación sobre la promoción y prevención de las enfermedades trasmisibles en la población, supondría el control de determinadas infecciones tanto a nivel individual como mundial. Y concienciarnos que las vacunas son el gran avance en el control de las enfermedades infecto-contagiosas y no perjudiciales para nuestra salud.