Siempre se ha dicho que comer tomate, muy abundante en la dieta mediterránea, tiene muchos beneficios para nuestra salud. Un estudio en 2013 sugería que el consumo de alimentos que contienen pequeñas cantidades de nicotina, como los tomates, pueden reducir el riesgo de desarrollar párkinson. Ahora sabemos que comer tomates también reduce el riesgo de sufrir un ictus o infarto cerebral. Esa es, al menos, la conclusión principal que se puede extraer de una de las últimas publicaciones de ‘Neurology’, la revista oficial de la Academia Americana de Neurología. Una información que en eSaludate consideramos muy interesante tanto para personal sanitario como para los ciudadanos en general.
El estudio, firmado por un equipo de la Universidad de Finlandia, concluye que el licopeno -un pigmento natural que da a las frutas y hortalizas su característico color rojo- es un potente antioxidante, diez veces más fuerte que la vitamina E. Los expertos aseguran que, en consecuencia, el licopeno –y con él, los tomates- puede prevenir hasta un 60% el riesgo de sufrir un ictus. “Siete comidas a la semana con derivados del tomate o el pimiento rojo serían suficientes para evitar un accidente cerebrovascular”, insiste la investigación.
El licopeno, junto a otras sustancias que contienen los tomates -como los carotenos y el tocoferol, que es en realidad vitamina E- tienen un alto poder antioxidante. En consecuencia, su ingesta refuerza la capacidad de nuestro organismo a la hora de eliminar los radicales libres. Esto es muy importante, puesto que estos radicales libres favorecen el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, así como del cáncer o el envejecimiento prematuro.
Aunque de momento los expertos desconocen cómo funciona exactamente el licopeno, lo que sí saben es que su fuerza es mayor cuando se ingiere en un entorno graso, como por ejemplo, con aceite de oliva. Por tanto, platos ligeros como el gazpacho o la ensalada deberían aparecer en nuestra dieta. Y ya que el tomate es tan beneficioso, podría ser interesante tener nuestra propia tomatera en casa, ¿no crees?
Sobre la investigación
El estudio de la universidad finlandesa seleccionó a mil hombres de entre 46 y 65 años y les ha estado haciendo un seguimiento durante más de 12 años para poder ver su evolución a lo largo del tiempo. Después de llevar a cabo un ajuste en los datos referentes a variables -como la edad, la presión arterial, el consumo de tabaco o el colesterol- los especialistas comprobaron que los 258 pacientes que tenían altas concentraciones de licopeno tenían un 59% menos de posibilidades de sufrir un infarto cerebral y hasta un 55% menos de tener que enfrentarse a cualquier otro tipo de accidente cerebrovascular, incluido un derrame.