De vez en cuando, leemos, escuchamos o vemos en las noticias casos de algún cirujano plástico que, por culpa de una mala praxis - o por falta, simplemente, de conocimientos y/o aptitudes - ha practicado una "escabechina" en el físico de algún paciente. Y no son pocos los que lo hacen. Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, sólo en España hay unos 9.000 profesionales sin la titulación ni la formación adecuadas que realizan intervenciones de estética.
Y es que, si cuando alguien sufre un ataque al corazón se pone en manos de un cardiólogo con una titulación acreditada ¿por qué, a veces, no hacemos lo mismo cuando se trata de un Cirujano Plástico? Deberíamos actuar de igual modo, pero ¿Cómo podemos saber que el cirujano plástico al que confiamos nuestro físico es de verdad? ¿Qué criterios podríamos - y deberíamos- seguir a la hora de hacer la elección de las mejores manos, a la hora de someternos a una operación estética?